La pijamada en la quinta residencial ya es èpica. En plena cuarentena, mientras nuestros pibes tenían clases por zoom, ellos organizaban pijama partys sin ningún tipo de escrúpulos. Te decían por televisión que no visites a tus familiares, que si lo hacías eras un irresponsable y un asesino, pero se ve que para la casta política eso no corre.
Por eso, por más que Alberso lo intente, no puede tapar lo de Olivos, aunque hay que decir que le viene bien para que en plena campaña no se hable del desastre económico y social en que se ha convertido la Argentina, que pasó en pocos años de ser un país pujante a tener niveles africanos de pobreza, desempleo y calidad institucional.
De más esta decir que el presidente ya no tiene autoridad moral alguna, lo que sí hay que hacer es no dejar que el árbol nos tape el bosque, y más allá del escándalo presidencial, fogoneado por el propio oficialismo, hay que ir al hueso y discutir lo que verdaderamente está pasando en el país.
Porque mientras muchos se regodean con la escena cabaretera de la quinta, por atrás pasan los elefantes blancos, y nada se dice de las 100 mil pymes cerradas en el último año, y los mas de 250 mil empleos que se perdieron. Eso sin contar con el aumento del gasto público, la inflación, y el agigantamiento del estado con militantes.
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