El caldo de cultivo para que el kirchnerismo se de una piña económica está a la orden del día dice Melconian, dado que estamos haciendo un asado “en pasto seco”. Pero advierte que es posible evitar el choque, siempre y cuando se cambie el rumbo actual.
Ahora para esto es necesario primero, un instinto de supervivencia del supervivencia del oficialismo, en segundo lugar, hacer un plan económico sustentable, pero la realidad es que la propia coalición gobernante está a los tiros entre sí.
Lo que se ve es que los cambios estructurales no se van a hacer, el tamaño del estado no se va a alterar con lo cual, para Melconian, pareciera que la estrategia es aguantar hasta el final del mandato del títere, aunque para ese entonces es posible que el kirchnerismo sea ya un mal recuerdo.
Las elecciones de noviembre pueden marcar el inicio del fin de la era populista en Argentina, y por el tipo de país que todavía somos, es probable que afecte a los países latinoamericanos, que empiecen a dejar atrás el cáncer del chavismo y del estatismo populista para avanzar hacia nuevas libertades de mercado que nos permitan crecer.
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