Se cae el relato kirchnerista a toda velocidad, y afuera desmienten el verso de Guzmán, y dicen que el país crecerá un 2,6 por ciento en 2022. En realidad más que crecimiento es el rebote de la cuarentena asesina que hizo el gobierno, pero a diferencia de otros países rebotamos poco, pero se nota frente al 0 del 2020.
Siguen generando guita con la maquinita, lo que ahoga las inversiones y el crecimiento dado que se traduce en inflación, incertidumbre y estancamiento. Los kirchneristas juegan al estanciero los fines de semana y reparten billetetitos, porque con lo que recaudan de los excesivos impuestos no les alcanza.
Argentina debe ser uno de los pocos países en dónde la presión tributaria es altísima y aún así no alcanza para pagar lo que se gasta, porque las cajas negras de la política arrasan con cualquier capacidad de pago. Son realmente una casta de inmorales como dice Milei, y cada día se va notando más que se enriquecen a costa de los contribuyentes.
Tenemos uno de los estados más grandes e ineficientes del mundo, cuyos servicios nadie quiere porque son malísimos. Gastamos en seguridad, salud y educación, pero todos los que pueden terminan yendo a lo privado para evitar caer en un sistema pública caro, ineficiente y asesino.
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