El líder de farmacéuticos durísimo con los "gordos" y con la oligarquía k
Marcelo Peretta, Farmacéutico, Sindicalista y Peronista, todas cosas (sacando la profesión) que pueden incomodar a más de uno. Pero quien lo escucha, rápidamente se da cuenta que está ante alguien distinto, que cree en los objetivos que gran parte de las personas se plantea como proyecto de vida y de país. Porque hay una conjunción entre nuestro propio desarrollo como personas y el desarrollo de una nación, cuanto más nos desarrollamos, más aportamos al desarrollo de todos. Y esto Marcelo lo tiene Claro.
Es secretario general del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFyB), y desde allí viene dando la pelea contra un gobierno cuyas ideas y acciones, están llevando a la sociedad a un abismo y a una grieta sin retorno. Por eso su pensamiento es interesante, porque rompe los moldes del viejo sindicalismo peronista, que solo piensa a partir de los negocios y de encolumnarse con el jefe de turno.
Lo incomodo, es que Marcelo sorprende con su pensamiento, que va a contrapelo de lo que la actual progresía, que se dice peronista, levanta como banderas. Mientras un peronismo anquilosado en ideas marxistas ya caducas, Peretta levanta el mérito como potencia de crecimiento personal y colectivo, y la necesidad de un peronismo que recupere las viejas banderas del trabajo y del esfuerzo, y no de esta versión lavada que gestiona la pobreza y la utiliza para la política.
En la presentación del libro de Pablo Maradei “Evolución Sindical”, se despacho con todo contra ese peronismo que cree que “quitarle a los ricos para darle a los pobres no es peronismo, mucho menos sindicalismo. No se enriquece a los pobres empobreciendo a los ricos. El trabajador quiere más trabajo y menos subsidio; quiere dignidad no limosna”.
Ya hace rato que Marcelo viene diferenciándose de los “gordos” de la CGT, pero ahora, la grieta empieza a calar hondo en la sociedad, porque es, ante todo moral. De un lado están los que creen en el esfuerzo y el trabajo, y del otro lo que roban y creen que el estado debe mantener a los vagos. Se nota que nunca leyeron a Perón, para quien, “cada hombre debería producir al menos lo que consume”.
“El gremialismo se aburguesó y en lugar de mantener la libertad, los dirigentes actuales frenan la evolución, restringen la libertad, olvidan la democracia. La cúpula sindical es conservadora y busca mantener el status quo, sus privilegios”, y nunca mejor puesta una frase, ya que retrata gran parte de lo que todos pensamos. Los sindicalistas son todos millonarios y nada tienen que ver con la defensa del trabajo ni de los trabajadores, sino que son gestores de recursos que usan en beneficio propio. La gente les importa un carajo.
Y encima, estos mismos “gordos” son los que ponen piedras en el camino a las empresas que quieren producir, crecer y mejorar la situación de sus trabajadores, como han hecho con Mercado Libre y otras tantas compañías, por eso, Peretta sostiene que:
Como una verdadera mosca blanca, el gremialista farmacéutico denunció que “los gordos obstaculizan el desarrollo de nuevas tareas como el teletrabajo y el reparto, que por definición son nuevas actividades que necesitan sindicatos específicos, y las convierten en meras nuevas modalidades laborales para engordar, aún más, las obesas arcas de sindicatos creados hace más de 80 años, cuando estas nuevas actividades ni siquiera estaban pensadas”.
Quien escucha a Peretta se sorprende, pero no debería, como tampoco debería sorprendernos que empecemos a encontrarnos con más voces del sindicalismo que empiecen a alzarse contra esta nueva oligarquía que aniquila a las empresas y empobrece a los trabajadores. Marcelo sin duda es quien ha lanzado la primera piedra.
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