“Haz lo que yo digo y no lo que yo hago” dice Majul que es el slogan de la Cámpora VIP que se la pasan hablando de que la patria es el otro, de los derechos de los más vulnerables y de los pobres, pero se apropiaron de las vacunas de todos los argentinos.
Y lo peor, es que mandaron a vacunar a estudiantes universitarios que son militantes de la Cámpora y les cambiaron la vacuna por la fichita de afiliación. La mayoría de ellos no trabajaban de manera presencial, no son personal de salud y son menores de 30 años. Mientras tantos, nuestros viejos tienen que juntar orina esperando que los llamen para vacunarse.
“Son los portadores del virus de la superioridad moral”, dice Majul, pero en realidad son los militantes de la “ventajita” política, esa es la doble moral del kirchnerismo, que corren a todos por izquierda pero gustan de los privilegios de los que tantos se quejan. Plata y vacunas para juntar militantes universitarios. Para Majul, sin la guita no les milita nadie, y es cierto, tienen un ejército de militantes pagos por todo el país.
Hasta llegaron a vacunar a estudiantes de la facultad de ciencias exactas de la UBA, que nada tiene que ver con la provincia de Buenos Aires en dónde los llevaron a trabajar a estos delincuentes. Y esto se sabe porque muchos de los pibes subieron a las redes su arrepentimiento, porque sino pasaba. Hay que tenerlo claro, el vacunagate no es sólo de Ginés, sino que fue un sistema organizado de corrupción y apropiación de los recursos públicos, en este caso la vacuna, para el usufructo de un grupo político: la Cámpora VIP.
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