Milei la viene rompiendo y eso está generando revuelo en la casta política, por eso intenta golpearlo porque cada vez son más los militantes de ambos lados de la grieta que se está pasando a las filas del liberalismo por lo disruptivo de su discurso.
Algunos dicen que Milei es un peligro y que no va a llegar a presidente porque nadie lo votaría por la incertidumbre que genera su figura en relación a las propuestas que trae. Aunque a decir verdad, son justamente esas propuestas las que están movilizando a la gente a favor de su postura porque están cansados de un estado que interviene en todo y te la roba para dársela a los planeros.
Muchos analistas políticos amigos de la oposición cambiemita están preocupados por el crecimiento de una derecha liberal que viene con los tapones de punta para dar vuelta el tablero de juego a cómo está ahora. Lo que no se dan cuenta es que no quieren más tibieza, sino cambios firmes y previsión de futuro.
La actual oposición es demasiado dialoguista, y en muchos puntos hay dirigentes que tienen más en común con el kirchnerismo de lo que la gente desearía. Una buena parte de la sociedad está pidiendo un cambio fuerte de paradigma y quién hoy tiene una alternativa, al menos en términos discursivos y sin el desgaste de haber gobernado, es Javier Milei.
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