Alberso y su clan están en guerra con los empresarios. Odian al sector privado pero disfrutan las veleidades del capitalismo como la salud privada, los Iphone y cosas por el estilo. Aman Miami, pero odian EE.UU., son totalmente contradictorios.
Para Lazzari esto es lo que hay que romper: acabar con la guerra que propone el estado kirchnerista con el sector privado. Guerra que no favorece a nadie porque destroza el empleo, la inversión y la riqueza, y la gente termina viviendo de planes porque nadie quiere poner un peso en el país.
“El gobierno está en una enorme confusión” dice Lazzari, ya no hablan más de la distribución del ingreso, la matriz diversificada ni de todo aquello que hablaban en el relato. Están corriendo detrás de la inflación y de la pavada, en lugar de hacer políticas de largo plazo.
Es tal el nivel de desastre que hay que la economía camina sola mientras el gobierno da manotazos de ahogado para llegar cómodos a las elecciones y no comerse otra paliza. En el medio, se viene un Tsunami anti-empresarial por la necesidad de impuestos para cumplir con el FMI.
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