Laje es un periodista que no se calla nada, y como al kirchnerismo le molestan los que piensan y los critican, buscan cualquier excusa para sacarse de encima a los opositores. Los editoriales de Antonio siempre dan en el clavo, por eso no extraña lo que le vienen haciendo a él y su familia.
Las operetas de los militantes kirchneristas son virulentas, no toleran la disidencia, ni en el mérito ni en el esfuerzo, valores que siempre exalta Antonio cuando habla al aire. Pero no sorprende, las prácticas del kirchnerismo son viejas, y no tienen nada que envidiarle a los alemanes de la década del 40.
Quieren ver a Laje por el piso y hacen lo posible por destruirlo o silenciarlo, pero él no se amilana, y aunque haya llorado en público, la fortaleza para explicar que no tiene denuncias de maltrato en ningún lado. A lo sumo es un tipo exigente, como se define a sí mismo, por eso da asco que utilicen cualquier cosa para pegarle.
Utilizan a la generación de cristal para intentar desacreditar a un periodista que tiene espalda y trayectoria. Los kirchneristas son impresentables, fascistas y corruptos, por eso quieren hacer creer que todos son iguales a ellos, pero por suerte hay gente de bien.
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