Los docentes no quieren laburar, y los kukas los avalan. Militan hasta el hartazgo que los pibes no vuelvan a estudiar, en lugar de convivir con el virus. Eso sí, los docentes fueron a marchas, de vacaciones, a marchas pro aborto, para eso no había miedo al virus.
Los cabezas de termo están a full en las redes fogoneando el ataque a Larreta. Mientras tanto, el que va a absorber el costo de que muchos padres tengan que faltar al trabajo son las empresas privadas, en un país cuya economía está destruida. Este tipo de políticas van a agravar aún más la situación laboral y el desempleo, porque nadie va a contratar gente si tiene que faltar.
Estas generando una verdadera hecatombe, pero nada importa mientras la kretina quede libre de culpa y cargo. Para eso volvieron, no para ser mejores, sino para seguir choreando y limpiarse las causas de corrupción.
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