Laje tira la clara y dice que los políticos se pasan la pelota unos a otros con el tema del endeudamiento porque justamente no hay datos que den cuenta de como se fue dando todo esto en la Argentina. Se dice cualquier cosa de un lado y del otro, dice Antonio, y lo razonable sería que se pudiera discutir con los datos, pero esto no pasa.
En el caso de la deuda no hay datos concretos de cuánta deuda tomó cada gobierno, y compiten pegándose a ver quién tomo más. Lo mismo pasa con el cierre de empresa, compiten para debatir en que gobierno se cerraron más empresas, porque ninguno puede decir cuantas se abrieron, porque Argentina viene para atrás.
La carencia de datos fiables en el país es realmente increíble. Una dirigencia que discute sobre concepciones vacías más que sobre datos ciertos. El país no es creíble ni confiable para adentro, y menos aún para quiénes nos miran desde el exterior, por eso es difícil pensar en una recuperación.
La mayoría de los países nos ven como un país bananero, lleno de corruptos en dónde se pueden hacer negocios si se toca al político correcto. Nuestros líderes son entreguistas y sólo les interesa la guita. De todos, los peores son los k, porque son hipócritas, dicen defender a los pobres pero son quienes más pobres han creado con sus políticas a la par que todos ellos pasaron a ser grandes millonarios en pocos años.
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