A pesar de que griten lo contrario, hacia dentro del frente polentero se están matando entre todos, y poco a poco se van cayendo a pedazos. La convocatoria a una marcha les vino bien para hacer la saraza de que están unidos y que la derrota no los afectó. Pero en realidad, la interna estás más viva que nunca.
Y las internas peronistas no suelen resolverse democráticamente, sino que son muchachos más de los tiros, el apriete y la matufia. Cómo dice Antonio, se nota que en la argentina no pasa nada, y que es más importante marchar que laburar.
Son pequeñas muestras de poder que no aporta nada, por el contrario, todos están jugando su figurita para las elecciones del 2023. Por eso son cosas que nos repercuten a nosotros, porque estamos en el medio de una guerra de guita, poder y cargos.
Ya hay sectores que se están endilgando la derrota entre ellos, e incluso hablan de una posible paso para dirimir la interna presidencial, para la cual faltan dos años. Algunos están más con un pie afuera, y otros tratando de rapiñar lo que pueden. Lo cierto, es que es un frente a punto de crujir, y hoy es una prueba de fuego para ver si sobreviven.
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