Lacalle Pou le dio con un caño al títere que tenemos por presidente, o al menos hace como sí lo fuera, pero ya todos saben que no gobierna, sino que se la pasa de trolas y de fiesta en fiesta. Aunque cada tanto la titiritera lo manda a timbrear al conurbano.
Pero como dice Viviana, el pueblo empezó a levantarse y criticarle al tìtere el Olivos Gate, el vacunatorio vip, y todas las trapisondas que hicieron durante la cuarentena. Por eso Canosa levanta lo que dijo Lacalle Pou acerca de no castigar a los que tienen éxito, como si hacen acá.
Mientras en Uruguay su presidente intenta recomponer una idea importante, que hay que recompensar al que se esfuerza diariamente, el cual no debe ser mirado como un delincuente, en Peronia es el mundo del revés: se premia a los vagos y corruptos, y se castiga a los laburantes y honestos.
Por eso se lamenta Viviana de que no puedan importarse presidentes, porque con el impresentable que tenemos, y la banda que lo sostiene, vamos a estar muchas más décadas hundidos en la miseria más absoluta. Miseria que no es sólo económica, sino moral, social y ética.
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