Mientras los negocios se funden arman una justicia adicta a Cristina
Villa Crespo, el bar “San Bernardo” lucha por sobrevivir después de 4 meses de cuarentena asesina de Alberso y su banda de delincuentes. A este bar, que está cerrado le llegan facturas de luz por $67000 cuando hacen una caja de apenas $7000 x dia.
Albertìtere tendría que ponerse de acuerdo, si no dejan abrir a los comercios al menos que las facturas de luz y gas sean proporcionales al gasto y no tomando como referencia el consumo del año pasado. Una locura.
San Bernardo es sólo el ejemplo de tantos bares que están en crisis y hacen lo que pueden para sobrevivir. Además, son pequeñas empresas que emplean a muchas personas, las cuales, irremediablemente, se van a quedar sin trabajo.
Parece que el único tema importante en el país en el día de hoy es la reforma judicial para librar de culpa y cargo a Cristina, porque los problemas de la gente común no están ni en agenda.
Va a ser difícil recuperar el país si los políticos siguen mirando para otro lado y están desconectados de los problemas de la ciudadanía. Por eso es importante mostrar casos como este bar, que emplea a 22 personas, y ahora se ve al borde de la quiebra, con la consecuente pérdida de empleos que va a traer.
Ni el ATP ayuda a estas empresas, sólo les da un poco de alivio, un pequeño respiro antes del estertor final. Además, se suman las deudas de estos negocios, pero la situación se hace insostenible.
No por nada los ciudadanos cacerolean contra la reforma, no porque está no haga falta, sino porque en este momento huele más a impunidad que a necesidad, porque la necesidad, tal como se muestra en este caso, está en otro lado.
También puede interesarte: https://agarralapala.com/la-pina-va-a-ser-grande/