Uno entiende que el peronismo estaba desconcertado y descolocado, expresa Jony, porque durante todo el año la calle había sido cedida a los gorilas, a los chetos, a la derecha y a la oligarquía. Desde ahí se volvió imperativa la necesidad que la calle sigue siendo peronista.
Ahora que están más tranquilos y demostraron ser rudos y poderosos estaría bueno que se pusieran a gobernar, señala el conductor, tenemos un país que tiene un 40% de pobreza y nuestra moneda nacional absolutamente rota, destrozada y arrasada.
Me cuesta entender, señala, el derroche de tiempo, energía, logística y dinero por una movilización que tenía como único fin medir quien tiene más poder. Ya lo dijo alguna vez Cristina: “A mí nunca me importo el partido“ y es la explicación histórica de por qué CFK no se hizo presente en la marcha, porque no cree en el partido y detesta la burocracia sindical.
Cristina piensa que este gobierno no está cerca de los problemas de la gente. El precio de la carne, de la leche y de la yerba entre otros productos de primera necesidad, la falta de laburo, el precio del dólar, la inseguridad, parecen no formar parte de la agenda del gobierno, están en otra cosa.
Hace diez años, Moyano ya se había dado cuenta que la presidencia de un partido político no sirve para nada, por eso fue que renuncio al PJ, que la gente ya no vota partidos, que la lealtad hacia el viejo líder de masas ya no exista, hay un cambio de paradigma, oxidada, vencida.
También puede interesarte:
La marcha del 17 de octubre olía a naftalina expreso Jonathan Viale, y se instala la dicotomía de que la marcha fue del pueblo, mientras las de la oposición son oligarcas, y quieren marcar la diferencia entre ser popular y gorila, son de manual