Kristina quiere hacerse la dolobu, y trata de que creamos que ella no tiene que ver con los desmadres que ha realizado el gobierno. Por eso, le suelta la mano para que negocien con el FMI, y mira para otro lado a ver si pasa desapercibido el cachetazo que la sociedad le dio al kirchnerismo, y no a Alberso.
Lo que hace kristina es dejar las cosas de forma ambigua porque si no le gusta el acuerdo se corre y le hecha la culpa al títere, es decir, es un salvavidas de plomo, porque en el medio están los argentinos, y juegan a tirar abajo la institucionalidad si la reina no está de acuerdo con los resultados.
Y en el frente de todos, lo único que hacen “todos” es callarse la boca por carguitos y prebendas, total, si hunde el barco ya encontraron a quien echarle la culpa del desastre. No se hace cargo que puso a la mayoría de los funcionarios en el gobierno, y las decisiones las toman desde el Instituto Patria, con un doble comando que pone en jaque a la democracia.
La reina de las kukarachas no piensa en el país, sino en su pequeño juego de poder, para dejar a su clan en el gobierno cuando ella se retire, tal como hace la mafia. Por eso juega a estar y no estar, porque no puede darse el lujo de seguir perdiendo voto.
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