Graña contó que fue apretado en su momento por la patota del Pata Medina, y esta semana volvió la patota sindical porque se presentó un sindicato alternativo en una Central termoeléctrica de Ensenada, fueron los gropos violentos de la UOCRA.
En esa región entró un nuevo sindicato de la construcción y la pelea se arma por la guita, porque varios se desafiliaron de la UOCRA y lo que hicieron fue ir a apretar a los trabajadores para que vuelvan a la UOCRA.
El Pata Medina lo seguiría manejando desde afuera a pesar de estar actualmente con prisión domiciliaria. Graña recuerda que el incidente que él tuvo en su momento fue en Ensenada, 12 años atrás, que coparon un restaurante de patoteros y que lo sacó la policía.
Para Graña es increíble que la misma gente reclame que les devuelvan el sindicato, aparecieron a los gritos de “vuelvan a casa”, están presentes en esto el hijo y otros familiares.
Hay una justicia laboral y un Ministerio de Trabajo que deben decidir si el sindicato le vuelve a esta gente o no. La pelea que tiene es por la caja del sindicato, desde ya que la pelea no es ideológica ni mucho menos.
Para hacer una obra el sindicato les pone la gente, los precios, el catering, le marca la cancha y si vas a la policía ahí ya lo tienen arreglado. Funcionan con el apriete constante.
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