El populismo no gobierna sin guita por eso van por nuevos impuestos como el impuesto a la herencia y el aumento de los topes de algunos impuestos. De hecho, les pide a las provincias que impulsen una mayor presión impositiva y que suban algunos impuestos, pero los gobernadores no son giles y la mayoría se niega.
Quieren que las provincias se autofinancien subiendo impuestos así el estado nacional desembolsa menos, pero nadie quiere pagar el costo de subir impuestos en un país destrozado por la crisis económica. Incluso quieren que las provincias impongan un impuesto a la herencia para recaudar más.
El gobierno sigue subiendo impuestos porque necesitan recaudar más para seguir bancando planeros y vagos. Mientras a todo el mundo le quieren cobrar más, el estado se agigante y el déficit fiscal es impagable, por eso confiscan los bolsillos de los contribuyentes.
El gobierno se está convirtiendo en una carga para la sociedad, al igual que los políticos, cuyo costo supera ampliamente lo que nos ofrecen a la sociedad con sus “servicios”. Es momento de que la sociedad empiece a poner límites a lo que hacen los gobiernos en cuanto al gasto y el acrecentamiento del estado para meter militantes.
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