A comienzo de mes los actores argentinos publicaron una carta abierta dirigida al Gobierno y a la opinión pública, manifestando que tienen aproximadamente un 90 % de desocupación. La firmaron al menos 2600 actores y actrices.
Hasta ahí no deja de ser un reclamo válido como muchos otros sectores que con la pandemia quedaron congelados y que ciertamete detrás de los actores hay un número importante de técnicos y profesionales perjudicados que trabajan en el rubro.
Pero lo firmó Dady Brieva, quien en el 2019 nos deseó a todos los argentinos que nos vaya realmente mal, queriéndonos aleccionar de que teníamos que aprender a votar bien, eso sumado a que reclamó que seamos Venezuela, lleva una vida de lujos.
Piden compensación salarial, exención de pago de monotributo y de autónomo, generación de contenidos y regulación de derechos de interpretación.
Hacen hincapié en que falta ficción en la televisión argentina y que eso es algo notorio y argumentan que esto afecta nuestra identidad cultural . Esperan el apoyo de la sociedad, que entienda el rol de ellos en la cultura.
Parece que se cumplieron las profecias de Dady porque nos va realmente mal, ayer subieron la nafta lo que conlleva a que los precios se disparen en todos los ámbitos y la culpa no la tiene la tendencia internacional porque en el resto del mundo baja y a los jubilados también los vienen recortando, pero Dady de eso no se queja, no dice nada.
Cuando a los actores les va bien y vemos como alquilan en la costa o en Córdoba mansiones con quinierntos baños y tres piletas, no se acuerdan de los otros rubros que la vienen remando.
Tampoco se acuerdan de que ellos tienen el privilegio de unos pocos de vivir de lo que a ellos les gusta, de su vocación, mientras que la mayoría de los argentinos está curtido y acostumbrado a rebuscárselas trabajando de lo que sea, ahora les toca a ellos arremangarse y buscarle la vuelta. A vos no te toca Dady, vos no, vos tenés resto.
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