El joven neoliberal que fue funcionario de Menem y que pedía un Estado chico se siente un Alberso revolucionario. Es más en el año 2000 formó parte de la lista de Domingo Cavallo.
Es un presidente revolucionario que vivia en una propiedad prestada de Puerto Madero de 120 metros cuadrados, de la que el dueño se beneficia de la pauta publicitaria estatal. Joni Viale se pregunta si un revolucionario se hubiera permitido 20 millones de pobres y la destrucción de la clase media.
Un revolucionario premiaría a un vacunado Vip con un Ministerio como lo hizo con Jorge Taiana, esto demuestra que son una banda de inmorales, que en el peor momento de la pandemia se quedaban con las pocas vacunas para ellos.
Lo premian a alguien que fue un terrorista montenero y peligroso que estuvo preso durante siete años por poner una bomba en un bar donde muerieron dos personas auqnue la bomba era para un jefe de la marina y ahora está a cargo de las Fuerzas Armadas. Se autoperciben revolucionarios los kukas, pero tan solo son inmorales.
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