Parece que la propuesta de que iban a llenar la heladera para el asado y los dejaron a todos comiendo polenta. Mucho cepo, mucho control, pero los precios no ceden porque cada vez hay menos producto y menos demanda. Además, dice Goméz Centurión, el gobierno está alineado con el lobby internacional para bajar las cabezas de ganado.
La agenda a la que suscribe el gobierno tiene a la vaca como enemigo, una especie de veganismo destructivo que solo suscriben países como el nuestro, mientras que nuestros competidores siguen produciendo carne a lo loco. Es decir, nos vendieron al imperialismo con el verso nac&pop.
Hasta Brankatelli se queja de los precios mayoristas que vienen, y cómo todos los van corriendo a medida que el gobierno sigue tomando medidas inconducentes. Cada día es una aventura ir al súper mercado. Cómo dice Gómez Centurión, hemos perdido el poder adquisitivo a tal punto que la carne la vamos a terminar viendo por televisión.
El gobierno nos quiere convertir en veganos a la fuerza, y la carne va quedando como un lujo para los que puedan pagarla, porque hasta eso nos han quitado. Este gobierno está cada vez más alineado con los poderes internacionales contra los que dice luchar.
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