Los militantes kukas ya están desesperados, y salen a discutir como locas ante cosas que le preguntan los periodistas que no son los propios. En este caso, el funcionario Muriel de un organismo vinculado a la corrupción de los hisopados en Ezeiza. Este Uriel es uno de los tantos chorros k que se enojan cuando les hacen piedra libre.
Este kuka es uno de los que debería verificar los contratos de lo que se hace, incluso están salpicados funcionarios como Cabot, que parece que sacaban guitas haciendo testeos falsos, y todos daban positivo. Los kukas hacen negocios con todo, la corrupción forma parte de su ADN, y como no pueden callar a Feinmann se enojan y lo insultan.
Los militantes de la Kámpora están de los dos lados del mostrador, tanto en el estado, como en las empresas donde ponen amigos, amantes o lo que sea necesario para asegurarse que el negocio quede para ellos. Y la que se llevan las guardan en bolsitos, y la invierten en propiedades en el exterior, o en el país, como hicieron todos los ayudantes del clan k.
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