El presidente es un ridículo que salió a defender a la docente nazi que bajaba línea a los alumnos de forma violenta, a los gritos, humillándolo delante de sus compañeros al tratarlo como tonto. Y Alberso no se quedó atrás manteniendo la misma lógica que la profesora adoctrinadora.
Para Fernández lo que hizo la profesora esta bien “porque invita a pensar” y a combatir la mentira “impuesta por los medios” a los chicos, porque la “docente sabe la verdad”. O sea, la verdad de ellos, son iguales a los nazis, es la verdad totalitaria o el exilio y la muerte, porque son eso, autoritarios.
Siguen con el relato, pero lo bueno de todo esto es que la sociedad, mayoritariamente, rechaza todo este autoritarismo y Alberso deja al kirchnerismo cada vez más en off side y como un partido violento, fascista e inmoral. El relato se cae, y los jóvenes se están rebelando contra un discurso que niega el sentido común de lo que vivimos día a día.
Se chorean todo y quieren hacernos creer que la culpa es de Macri, se cuelan en la fila para vacunarse pero dicen que eso es porque les correspondía, dicen que hay reactivación y cada vez se ve más gente pidiendo y durmiendo en la calle. El relato kirchnerista está en sus últimos momentos, y tal como a los nazis, no va a quedarles lugar donde esconderse cuando se recupere la república.
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