Feinmann apalea a Alberto.
En el día de ayer, se organizó el sepelio de Diego Armando Maradona en Casa Rosada. Durante horas de la madrugada este evento se dio de manera privada para familiares y amigos del futbolista. A partir de las 6 de la mañana se abrió al público para que el pueblo pueda darle el último adiós al ídolo.
Fue un tanto extraño que en medio de la pandemia mundial por COVID, el mismo gobierno nacional haya organizado un sepelio multitudinario cuando se cansan de pedirnos que nos quedemos en casa, más de 8 meses los argentinos con prisión domiciliaria y ahora esto, es muy contradictorio.
Feinmann pone imágenes al aire de los disturbios que se generaron a manos de un grupo de inadaptados, quienes confundieron la casa de gobierno con una cancha de futbol. En ningún país del mundo se permite una atrocidad de estas características.
Este grupo se manejaba a gusto, muchos de ellos bajo los efectos de la droga o el alcohol, se movieron por Casa Rosada como si fuera suya y los controles de seguridad dejaron mucho que desear. Estaban a muy pocos metros del despacho presidencial y nadie cuido ese detalle.
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Fue realmente patética la utilización política del cadáver de Maradona esto al margen de que no había ninguna medida sanitaria que se haya respetado, y esto sucedió en el mismo lugar en donde se firmaron los decretos donde prohíben a la gente entre otras cosas reunirse.
Destruyeron miles de comercios y de empresas para llegar a esta imagen, es como si el gobierno hubiera decretado la suspensión del contagio por 72 horas a causa de la despedida de Maradona.