El corrupto Boudou consiguió al final la libertad condicional. El kirchnerista que quiso quedarse con la maquinita de fabricar dinero va a andar suelto con la calle porque cumplió 2/3 de la condena, y como le dieron 5 años de prisión ya sale tranquilito a disfrutar de su vida.
Ya van logrando los objetivos para lo que volvieron, sacar a todos los “compañeros” de la cárcel y lograr la impunidad de la banda de “Ali Kaka” y sus 40 chorros. El tema de la corrupción es un delito por el cual no se les suele dar muchos años, y encima salen a gritar que fueron presos por lawfare.
La política argentina no sólo es sucia, sino también inmoral, y como sociedad no hemos logrado impugnar a gente como está para que no puedan seguir haciendo política. Es más, la vicepresidente, con un montón de causas encima, pudo volver a presentarse y encaramarse en la cima del poder para trabar sus procesos.
Por más tratados que hayamos firmado como país para luchar contra la corrupción, es tal el grado de enquistamiento que tiene la misma en las instituciones democráticas, que prácticamente transversaliza a toda la dirigencia argentina.
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