El gobierno odia a los ricos que no son ellos, por eso ahora quieren fragmentar las tarifas y que los que más ganen paguen más porque sí. Y de paso sirve para mantener a los que no pagan nada, ni siquiera lo que consumen. La justicia social termina siendo una carga para los que laburan y una panacea para los vagos.
Se viene un tarifazo que va a caer sobre la clase media y los laburantes, mientras que los planeros y los que se enganchan a la luz van a tener los beneficios de que nosotros les subsidiemos su consumo. Es el único país del mundo en dónde se premia la ilegalidad y la vagancia.
Así que ahora vamos a tener tarifas diferenciadas no por consumo, sino por ingreso, con lo cual vamos a pagar nosotros el subsidio a la pobreza que genera el kirchnerismo. En lugar de generar empleo para que cada uno pueda pagarse lo que consume, el kirchenerismo genera impuestos y tarifas diferenciadas para subsidiar el populismo que ellos despliegan.
Es una política del relato, hecha para la tribuna, pero que no resuelve ningún problema de la gente, sino tan sólo un tema del propio gasto del estado, que se achica siempre sacándole al que labura y no recortando los gastos de la política.
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