El verso de la heladera llena del kirchnerismo quedó solo en promesas de campaña. No sólo no la llenaron, sino que cada vez es más difícil comprar alimentos. El populismo kirchnerista cree que regalando heladeras, cocinas y lavarropas se acababan los problemas, pero no, cada vez es más difícil todo.
El gobierno no sabe como remontar una situación económica que es desastrosa. La industria no logra despegar si no es con la intervención estatal porque no hay mercado real de consumo, sino es todo un mercado subsidiado, que pagamos todo, pero que se queda en la nada misma.
No se generan nuevos puestos de trabajo privado, las empresas no venden o se van, y cada vez tenemos un mercado más chico, solamente solventado por un estado gigante cuyos empleados públicos son los únicos que tienen guita para gastar.
La pandemia terminó de matar las expectativas de crecimiento del país, y no encuentran forma de revertir esta situación para no perder en las elecciones, pero la realidad es que va a ser casi imposible que en un mes puedan resolver los problemas de décadas de peronismo. Por el contrario, estas medidas pueden agravar aún más la situación económica en poco tiempo.
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