La visita de Alberso a China, con su consecuente acuerdo económico, generó un alto revuelo en el congreso yankee, sobre todo de un diputado republicano, el cual calificó al acuerdo sino – argentino como una bajada de pantalones de nuestro país para con el imperialismo comunista.
Y nosotros, que necesitamos el apoyo del Fondo Monetario Internacional para salir del pozo nos vamos a juntar con sus enemigos orientales. Alberso fue a estirar la mano a ver si le daban guita, pero lo único que logro fue venderse gratis.
Concretamente, el problema es que la Argentina, de mano del desgobierno que nos maneja, se arrodilla frente a las dictaduras del mundo poniendo al país por fuera de sus alineamientos estratégicos históricos. Realmente el grado de genuflexión de nuestros dirigentes es tremendo, pero como siempre le achacan eso a Macri.
El viaje, además de aportarnos enemigos, dejo algunas escenas bizarras a las que nos tiene acostumbrado el mayordomo, tales como saludar a quienes lo recibieron con una palabra japonesa “arigato”, y cosas por el estilo. Pero de acuerdos importantes para el país nada, más colonialismo, pero a lo peronista.
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