La prohibición de despidos sigue vigente y la creación de empleo es cada vez más bajo, de hecho la desocupación volvió a ser un problema en muchos sectores sociales en dónde hoy ganarse el mango es una verdadera odisea. Pero como siempre, el kirchnerismo hace lo que no funciona, y lo repite.
Casi lo mismo que les pasa con el control de precios que, en lugar de contenerlos, lo único que hace es aumentar aún más la inflación y el desabastecimiento. En diez días se cae la ley de la doble indemnización, y todavía no se sabe como va a impactar la medida en los distintos sectores económicos.
Por eso, al final de cuentas, la realidad siempre termina desmintiendo al populismo, y el relato queda en eso, puro verso para la gilada que los sigue a todos lados. Lo que sucede en la calle es el verdadero termómetro de la economía y esto es que las contrataciones son casi inexistentes, salvo en algunos pocos sectores.
Actividades como las industriales se ven paralizadas a su vez por los distintos cepos, o por decisiones arbitrarias de un gobierno que no tiene política económica equilibrada y que traiga algo de certidumbre a los argentinos.
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