El 2001 a la vuelta de la esquina
La curva de la economía está aplanada y va en baja. El 62% de las empresas tienen una rentabilidad baja, incluso algunas están al borde de la quiebra. La mayoría de las empresas ve comprometida su actividad de seguir la cuarentena.
El gobierno, dice que no va a levantar la cuarentena porque la economía no le preocupa, sin embargo, si le preocupan los planeros que no laburan. Mientras tanto, las empresas grandes planean cerrar y echar empleados, y las pymes sencillamente, van a desaparecer.
Los políticos, en lugar de pensar como resolver estas cosas, están tratando de ver a quién le echan la culpa. Por ejemplo, en el caso LATAM, se la quieren achacar a Macri, pero la empesa no se fue en esa época, sino que se va a ahora, ahogada por la pandemia kirchnerista.
Porque no nos engañemos, si en argentina hay una pandemia es el kirchnerismo, que se ha dedicado, y ha vuelto a dedicarse, a hacer negocios con el estado. Al final parece que los problemas de nuestro país son hijos de un millonario, porque siempre se habla de la herencia, pero nunca de soluciones.
Ninguno se hace cargo de nada, incluso que el problema de LATAM es el de destinos que se van a perder. Pero bueno, como aquí es un delito irse a pasear, y si lo haces sos un garca o un cheto, mejor que te quedes. Salvo que seas la millonaria Cristina que esa sí, además de vivir en una zona de las más caras de la ciudad, viajaba a Cuba varias veces al año.
Para estos sátrapas no hay cepo, no son garcas ni chetos, aunque sean millonarios. Y después los militantes de la justicia social llaman descerebrados a los que están en contra. ¡Una risa!
La curva de la pandemia crece, sobre todo en la provincia que gobierna el maoísta de escritorio, pero también crece la curva de la depresión económica, de los despidos y de la crisis. Es hora de que empiecen a hacerse cargo.