Sube la inseguridad en la cuarentena
Las villas arden de inseguridad y violencia. Chorros armados que matan gente a toda hora, pero los malos son los de Gendarmería. La doctrina Zaffaroni es la responsable de esto, solo acá un chorro armado es un héroe y un policía un delincuente.
Los defensores de los derechos humanos solo defienden a los delincuentes. Este murió en la villa, pero en otras circunstancias se terminan llevando la vida de gente que trabaja, de tu viejo, de tu hermana, o de cualquiera que se les cruce, pero claro, nunca son las victimas los que sufren la violencia de estos chorros, sino que son los victimarios por no dejarse sacar lo poco que tienen.
El zurdaje de escritorio pide que seamos sensibles, empáticos, que entendamos a quienes no tuvieron oportunidades. Pero quien entiende a los cientos de víctimas diarias que son asesinados para robarles lo que tanto les costo con esfuerzo, con estudio o con años de ahorro y sacrificio.
Algo está mal en la Argentina, pero no somos nosotros. Son los Zaffaroni, las Donda, las viejas de la plaza. Toda esa caterva de delincuentes de guantes blanco que desde hace décadas vienen ganando dinero con el verso de los derechos humanos.