La foto del cumpleaños de Fiambrola ya está en Comodoro Py, pero parece que no es lo único que está en la mira de la justicia, sino el desfile de coloristas, entrenadores de perros, y amigos que terminaron beneficiados con mucha obra pública como el taiwanes, pareja de la asesora de la primera dama.
Así que son varios los que van a tener que desfilar por los tribunales a explicar que hacían en una reunión social en plena pandemia, mientras a la gente de a pie le secuestraban el auto, le impedían laburar, o te detenían por querer ir a trabajar. Nos secuestraron los derechos civiles durante un año, pero ellos tuvieron privilegios que nadie más tuvo.
Más allá de la cuestión penal, el tema es ético y moral. Un presidente que le pidió un enorme esfuerzo a una sociedad que dio demasiado, algunos hasta sus trabajos perdieron, y la élite gobernante rompió absolutamente todo lo que se le pedía a los argentinos.
Ya poco importa lo penal, la palabra del presidente quedó más devaluada que el peso, y ellos mismos hicieron normativas para que la gente denunciara a sus vecinos si hacían fiesta o se juntaban en una casa, pero si lo hace el presidente no deja de ser delito, y tiene el agravante de ser un funcionario público, es el primer mandatario, y el que debe dar el ejemplo. El kirchnerismo duro quiere despegarse, pero son todos parte de lo mismo.
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