Últimamente Brankatelli es cacheteado desde todos los frentes. Es tal el nivel de ridiculez en la defensa del kirchnerismo que ya termina siendo gracioso. Quieren pegarle a Larreta porque no saben que hacer para tapar toda la mugre que hicieron, pero la gente normal cumplió con todo y se anotó en el sistema de turnos, aunque este sistema sea caótico.
El problema es que se ha salteado mucha gente y se han vacunado por amiguismo. El sistema público de salud mostró toda la corrupción que hay en su manejo y el único que lo defiende es el periodista ensobrado por el Instituto Patria. Incluso dice que esta “todo muy bien” y que en la provincia de Buenos Aires se hizo todo como corresponde. Un impresentable que quiere justificar lo injustificable.
El plan de vacunación es un desastre a todo nivel, y lo que prometía ser la mayor campaña de la historia terminó en el mayor fracaso del kirchnerismo. Sobre todo si uno lo compara con países como Chile que en casi un mes y medio vacunó a 2 millones de personas. Acá se la pasan haciendo vuelos épicos contándonos cuantas vacunas consiguieron, pero cuando tienen que aplicarlas no hay, y las que hay se las guardan para los funcionarios.
El plan de vacunación, y la pandemia en general hicieron caer la máscara del relato k. Ya no convencen ni a los propios, salvo a los fanáticos, pero muchos empezaron a darse cuenta que este es un verdadero gobierno de la mentira, y que lo único que tiene para ofrecer son promesas.
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