La locura de la cuarentena, restricciones y toda la sarta de fascismo que viene desplegando el gobierno afecta a las necesidades de las personas de comer todos los días. Tal como Mayra, una señora que vende limones para sostenerse, y los delincuentes de los inspectores que manda el gobierno les piden coimas o les quieren impedir laburar.
Incluso Canosa muestra como una mujer dueña de un echa a los vagos estatales de un municipio que van a joderla en un momento en dónde lo que escasea es el labura y abundan los impuestos, pero a esta manga de delincuentes no les importa si vos cerras tu negocio o te quedas sin empleo, total, los vago reciben planes y los políticos jugosos aumentos.
Así es como el gobierno gestiona la salud, el país y la economía, desde un escritorio en Puerto Madero, mientras los que laburan están cada día peor, total, no le importa a nadie. Como en el caso de Mayra, hay muchas familias argentinas que no tienen que comer y hacen lo que pueden para sobrevivir, mientras los políticos y militantes se la llevan de arriba con lo que pagan los laburantes de impuestos.
Es un país devastado, pero no por el covid, sino por un virus que es peor, el de la política del pobrerismo que impulsa la coalición kirchnerista que nos gobierna. Un país con pocas oportunidades, gracias a sindicalistas y vagos que viven a costa de lo que otros producen.
También te puede interesar: