Cachanosky analiza que si se toman todos los salarios de la administración pública nacional y le sacas defensa, salud, educación y defensa, y se le hubiera sacado un 20% a la burocracia ahí el Estado se ahorraba $290 mil millones de pesos si cobrar ningún nuevo impuesto.
Además recalca que entre Nación, Provincia y Municipio se gasta el 47% del PBI, sin que se tenga salud, justicia y educación de calidad, no se ve reflejado aunque son funciones propias a cubrir por el Estado de forma eficiente.
La plata se va a los panes sociales, a los subsidios, al empleo público son muy pocos los que trabajan y aportan al Estado y pagan impuestos y demasiados los que pasan a cobrar el plan por ventanilla, total de eso hay canilla libre.
El aporte solidario, como lo llaman oficialmente, sería por única vez, pero Cachanosky nos recuerda que el impuesto a las ganancias también se creó en los años 30 como algo de emergencia y nunca se fue, el impuesto al cheque era provisorio y ya lleva 20 años, el Iva que se subió de 18% a 21% desde 1995 y nunca más se sacó.
Nunca se sacan los impuestos, te los venden como algo provisorio pero llegan para quedarse. Según el economista esto sucede porque a los políticos les encanta recaudar para quedarse con lo ajeno para invertirlo en ganar votos.
El impuestazo nuevo es para castigar al trabajador, al que está en blanco, al que invierte, es una triple imposición, porque ya se paga Ganancias, Bienes personales y ahora el “solidario”.
Este impuesto no resuelve los problemas estructurales de este país, sería una medida excepcionar para apaliar los efectos de la pandemia, pero promueve que muchos argentinos se vayan impositivamente del país.
Para ellos es mala palabra bajar el gasto público, sólo saben inventar impuestos.
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