Boggiano se agarró con el zurdo Castillo, que cree seguir viviendo en la Rusia de 1917. Y Boggiano le dice que es un envidioso porque se queja que Marcos Galperín tiene mucho dinero, y sigue con el discurso de la plusvalía, como si el trabajo se generara solo.
Boggiano da en el núcleo del pensamiento zurdo, porque parece que tener ideas y generar un negocio que genera ganancias, pero la realidad es que cuanto más costo trae una cosa, más tienden a eliminarlas los empresarios. Y hoy lo que más costo tiene es el trabajo, por eso cada vez se contratan menos trabajadores.
El argumento de Boggiano es que si las leyes laborales fueron menos invasivas y costosas para el empresario se contrataría más gente, algo distinto a lo que sucede ahora, dónde cada vez hay más trabajadores informales.
El zurdo no sabe que decir y repite siempre lo mismo, pero como todo zurdo nunca laburo, y viven del estado, porque no son ni trabajadores ni empresarios, por eso viven de la política y no del trabajo. Para el zurdo Castillo, ser empresario es ser explotador, y con esa concepción no hay país posible.
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