Los sindicatos mafiosos se la pasan bloqueando empresas y les impiden trabajar, incluso a los trabajadores que son los que terminan perdiendo sus empleos por sindicalistas a los que solamente les interesa llevarse un sobre de las empresas, por eso presionan.
Cómo dice Arietto, esto es un delito, y muchos empresarios ya no quieren crecer porque sino tienen a los sindicatos adentro, con lo cual la pobreza, con estos tipos, va a seguir siendo estructural. Ellos salen a coimear a las empresas, extorsionan a quienes hacen una inversión, y nadie parece querer pararse de manos para ponerle un alto a esto.
Y así es con todo, por ejemplo, como dice Arietto, hasta pasa con las paritarias, en dónde por ejemplo SMATA cierra paritarias del 45% con Toyota, y esa misma se aplica a un taller mecánico barrial, que muchas veces no puede sostenerla y termina o cerrando o echando personal.
Este sindicalismo atrasa, y es parte del problema de la informalidad laboral en Argentina, son mafias que se han convertido en parte del problema y no ofrecen ninguna solución. Por eso, hay que discutir no solo un modelo de pais, sino un modelo sindical, de desarrollo y de ética pública.
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