En el marco del desgobierno que necesita ganar las elecciones, decidieron bancar las tomas en el sur del país y liberar zonas para que los inadaptados que los sigan aprovechen la situación y avasallen derechos poniéndose una vincha y diciendo que son indios, pero sin probarlo.
Con el verso de la ancestralidad, Soria, el ministro de justicia, y su banda, avala a delincuentes que no han presentado un papel, como en la caso de un montón de comunidades que han demostrado su pertenencia a un lugar, y creen que con el patoterismo indigenista pueden llevarse todo puesto.
Amedrentan a pobladores y ciudadanos pacíficos, por eso lo mandaron a Jonas Hualas, el cuidador de caballos de Cristóbal L´´opez. Eso va mostrando que todo lo que hacen es para conseguir negocios ellos, porque como dice Florencia, los mandaron a usurpar a Benetton para que pueda comprarlo López a precio vil.
Los ex montoneros son los que están detrás de esto en la provincia, lo cual ya no sorprende a nadie porque hacen lo que han hecho toda su vida: quedarse con lo ajeno y no respetar la ley. El estado deja hacer, por eso la falta de certidumbre sobre los acuerdos democráticos está en entredicho, y tarde o temprano habrá una reacción a tanto atropello.
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