Las operetas kirchneristas ya empezaron. Se nota que les duele que Espert y Píparo hayan logrado entrar a la cámara de diputados, por eso lo primero que hacen es censurarle la palabra, mientras ellos dicen todas las pavadas que se les ocurren, desde jurar por la revolución hasta por la ley del aborto.
Vivimos en un país en dónde es necesario volver a recuperar las instituciones, porque tras varias décadas de peronismo post Perón se fue todo al tacho, y hoy estamos entre los peores países del mundo, no sólo en materia económica, sino en todas las áreas que uno pueda imaginarse.
Se creen los dueños del relato, y no toleran que alguien piense distinto, sobre todo si es alguien, enamora a la juventud como ellos ya no pueden hacerlo, porque los pibes los detestan, y detestan sus políticas de bajada de línea con la ideología de género y el aborto.
Estamos ante un congreso nuevo, con figurar polémicas que van a dar que hablar mucho más que los grises y nefastos diputados kirchneristas. Entran hombres y mujeres con convicciones, que quizás a muchos no les gusten, pero que son parte del juego democrático.
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