Alberso tiene la imagen por el piso, incluso hasta Pinocho tiene más credibilidad que el títere. Se la paso verseando durante un año, retándonos con filminas y haciéndose el macho con quienes osaran desafiar su DNU de la cuarentena. Pero resulta que el primero en no cumplirla era él y su entorno íntimo.
Por eso el escándalo trasciende lo político, y pasa a lo moral, lo ético, y está golpeando duro en el corazón del Frente de Garkas que están desconcertados de tener un presidente tan nabo. Los militontos k se la pasaron troleando en las redes con el “quédate en casa”, y atacando a quiénes querían salir, mientras su jefe estaba de fiesta.
Resulta ahora, que estaba mal hacer fiestas clandestinas, pero la primera “clande” salía de nuestros dirigentes, que en lugar de dar el ejemplo, se pasaron por el traste las normativas que ellos redactaron y se rieron de todos los argentinos en nuestra cara.
Ahora, resta ver hasta dónde golpea electoralmente la caída en la imagen presidencial, y si esto se traslada al conjunto de candidatos de un frente que hace todo lo posible para que la oposición gane sin tener que abrir la boca. Tan es así, que prefieren pelearse entre ellos porque el gobierno se pega solo.
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