El robo de un celular desató la violencia
En Costa Salguero, como en tantos lugares de la capital, existen centros de aislamiento para personas con covid19. Pero no todo son rosas. Al parecer dentro del centro uno de los pacientes internados robó un celular a otro y se armó una batalla campal.
Sumados al encierro, la vulnerabilidad económica y la incertidumbre sobre el futuro, asoman ahora los peores instintos de las personas, que acuciadas por la falta de dinero roban a otros pacientes.
La reacción de los pacientes fue muy violenta, rozando casi en la locura colectiva. Porque la verdad no era necesaria tamaña reacción ante un hurto simple, pero todas las situaciones complejas combinadas componen un cuadro complicado. Hace pocos días vimos como en Moreno arrojaban al fuego a un ladrón, y ahora esto, la paciencia de la gente cada vez tiene menos límites.
De acá a que esto se empiece a hacer extensivo al resto de la sociedad hay un solo paso, sobre todo en las villas y asentamientos, donde las necesidades son más acuciantes que en otros barrios, dónde, además el hambre y la desocupación se sienten con más fuerza.
La cuarentena está poniendo a prueba a todas las personas. El encierro tan prolongado está trayendo todo tipo de problemas, desde el aumento de la violencia, el consumo de alcohol, hasta la depresión y el hartazgo. Asimismo, situaciones como las del centro de aislamiento pone en riesgo al personal de salud y de la ciudad que están trabajando para contener la pandemia.
Y aún queda mucho encierro por delante. En casos como el centro de aislamiento, las autoridades van a empezar a tener que contar con protocolos u organización suficiente para evitar estos actos, qué sin justificar al ladrón, están más cerca de la barbarie que de una convivencia civilizada.
Estamos viendo como día a día aumenta la violencia, y este aumento se puede correlacionar con otras curvas, que no son la de la pandemia, como la desocupación, el hambre y la incertidumbre. Por eso, es un momento en que no hay que perder la calma, ni perder de vista algún tipo de política que empiece a paliar la situación, porque si no, la violencia va a ir en aumento exponencial a medida que la crisis económica se profundice.
Las autoridades, en este caso de la ciudad, pero también las nacionales, tienen un alto desafío por delante, y no pueden ser tan ciegos o necios de poner los debates en términos de un Boca-River. Hay que empezar a contemplar, después de este nuevo período de cuarentena estricta, otras salidas y estrategias para enfrentar la pandemia. Es momento que empiecen a pensar con criterio y no en base a sus miedos para no pagar costos políticos.
Video gentileza Telefe