La imagen presidencial en su peor momento
Alberso llego a la presidencia como un hombre de diálogo, como dice Tato Young, pero se ha ido transformando en un tirano y un mentiroso, y la gente empezó a percibirlo como tal. Sobre todo, porque su palabra cambia a cada rato.
Del eslogan de la Argentina Unida se pasó a la definición unilateral de apropiarse de recursos de la CABA, intentar expropiar a Vicentín, la reforma judicial sin consenso, y la lista sigue.
Así cómo el peso, la imagen presidencial sigue en caída, y ya es más alta la imagen negativa que la positiva, a tan sólo 9 meses de haber asumido la presidencia. La disputa política sin sentido, una cuarentena desastrosa en lo sanitario y en lo económico, ha dejado a Alberso por el suelo, incluso ya lo comparan con De La Rúa o Alfonsín (dos presidentes recordados por sendas crisis económicas).
Y para colmo, parte de la tropa propia que los votó está desilusionada y empieza a buscar otras opciones políticas para las próximas elecciones, y eso es lo que más preocupa al gobierno, porque saben que pueden perder, y por afano.
La iniciativa del inicio del mandato, dió paso a una debilidad sostenida por la agenda de Cristina, que es lo que se percibe en la población, que es “ella” la que gobierna, y no Alberso. Por eso, cada vez más se lo ve como un títere manejado por la vicepresidenta.
Sumado a esto, el mal manejo de la crisis, las idas y vueltas con decisiones, han ido creando una visión de un presidente débil, sin foco y sin objetivo. Habrá que ver ahora hasta cuando lo sostienen los k, sin duda el acercamiento de lo electoral, y una posible derrota puede acelerar la caída de un presidente que venía para unir a los argentinos, y su único mérito, hasta el momento, ha sido profundizarla.
También te puede interesar: