Después del respiro por el posible entendimiento con el fondo, el frente de chorros se vuelve a meter un tiro en el pie. Después que el heredero del clan le soltara la mano al títere, y la consecuente incertidumbre institucional, trajeron consigo una baja de las acciones argentinas en el mundo.
Si bien nadie en el mundo quiere a los kirchner, con excepción de los países autoritarios, no obstante, se necesita cierta certidumbres que por ahora no lograr llegar a los mercados, y ante un posible descalabro, el mundo financiero reacciona dando por tierra con las acciones de nuestras empresas, lo que complica aún más la situación del país.
Se nota muy claro la falta de horizontes de gobierno, y si bien ganaron las presidenciales, desde 2019 a hoy no han podido tener un gobierno capaz de resolver los problemas mínimos de la gente. Por el contrario, siguen agregando nafta al fuego y generando, con cada medida, mayor preocupación.
Por eso no es gratuito lo de Máximo kirchner, cuya irresponsabilidad ya es legendaria. Tal vez, en lugar de dedicarse a la política, con todo lo que ello conlleva, debió quedarse jugando a la play y así nos ahorraba más de un problema a los argentinos.
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