La oposición sigue perdida en como posicionarse frente al kirchnerismo. Un sector está en contra de discutir algo con un gobierno que está terminado, y otro sector que son genuflexos de los kirchneristas, porque creen que jugando al “consenso” ganan votos y suman porotos para las presidenciales. Si bien ganaron una elección, eso no asegura la victoria en el 2023, y eso está cada vez más claro.
Tato dice que tienen que empezar a hablar a la ciudadanía si realmente pueden llegar bien al poder, pero evidentemente siguen en peleitas internas para ver quien queda mejor parado. El kirchnerismo se frota las manos viendo como la oposición se desangra en peleas ridículas.
Sobre todo los radicales, que siguen rompiendo su partido en mil pedazos, y no hubiera existido si no fuera por la alianza con el PRO. Son tibios, o como dice Javier Milei, socialistas de la tercera internacional, y generan contradicciones insalvables hacia dentro de la propia coalición opositora.
El 2023 está a la vuelta de la esquina, pero los políticos no se dan cuenta que hoy la gente está pidiendo políticas claras y no peleas de vedettes para ver quien se posiciona mejor. Tienen una oportunidad histórica si es que logran saldar los debates.
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