Las feministas verdes del gobierno no dicen nada de Manzur. Se callan ante lo que la vicepresidente quiere y se bajan los ideales en función de lo que reciben de guita, porque son incapaces de plantarse y dejar el gobierno y sus cómodos sueldos por criticar al nuevo ministro de Gabinete que tiene varias denuncias relacionadas con su postura hacia las mujeres.
Las verdes son unas acomodaticias que ponen sus ideas en función de los billetes, y cada día queda más claro que sólo les sirven para pegarle a los opositores, porque de defender a las mujeres ni noticias. Mientras tanto, Manzur y Cristina juegan a que estuvieron peleados y se amigaron para que no parezca que ella pone a todos.
La única que alzó alguna vez la vos fue Gómez Alcorta, la ministra de mujeres, que alguna vez denunció a Manzur por el caso Lucía en Tucumán, y ahora están a los abrazos porque la jefa lo ordenó. Las verdes bajan las banderas muy rápidamente, y las feministas del gobierno no dicen nada en contra de un ministro católico, que si fuera de la oposición ya lo habrían tildado de derecha.
El exceso de pragmatismo de los funcionarios kirchnerista pone en el tapete que son capaces de todo si lo manda la jefa, pero a la par son incapaces de pensar por sí mismos y se nota que quien maneja todo, incluso los disensos es la “jefa”. El pensamiento crítico ha sido ahogado por el pensamiento único autoritario del kirchnerismo.
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