En Cuba la gente sale a la calle a pedir por su libertad porque no aguantan más. Se están despertando, pero el canciller Felipe Solá es el único que no ve que se están violando los derechos humanos y dice que no tomó una postura al respecto.
Gente de más de 80 años también participó de la protesta, tienen apagones de luz, no tienen agua, pasan hambre, no tienen asistencia médica, se sienten desprotegidos y abandonados en manos de un régimen dictatorial.
Acá la gente salió a las calles a festejar el futbol, los goles, que parece que es lo único que nos une, somos un pueblo pobre que no puede ser libre y mientras transcurría el partido le metían otro cepo al dólar.
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