Los países no tienen ni amigos ni enemigos permanentes, lo que tienen son intereses permanentes dice Lacalle Pou y ese interés es el de abrir Uruguay al mundo.
Para él lo peor es que un presidente o un gobierno tenga un sesgo ideológico porque eso no sería representar al país.
Aclara que ni él ni su gobierno se mueven por afinidades ideológicos, porque eso sería faltarle a su país y no tiene derecho a hacerlo.
Con esto marca una clara línea divisoria con su vecino Alberso que se aferra a los ideales de Peronia y Argenzuela y busca cerrar la economía.
Algo que tampoco hacen los uruguayos es ahuyentar a los inversores, matándolos con impuestos, algo que Uruguay trata de atraer y valorar y por eso miles de argentinos emprendedores cruzaron el río.
Los kukas expulsan a todos los que quieran laburar y vivir de su propio esfuerzo, buscan mantener la pobreza y los planes que es a lo que le saca rédito político haciéndose los populares.
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