Ginés González García fue a un restaurant y se tuvo que escapar como rata por tirante porque la gente se lo quería comer crudo. Pueden decir lo que quieran pero el escándalo de las vacunas no se acaba por decreto, y la gente no olvida quién fue el que hizo un vacunatorio vip para los amigos, mientras a los argentinos de a pie no dejaban ni despedir a sus seres queridos.
Como a los nazis, donde vayan van a ser repudiados. Hoy tienen el poder, pero no pueden salir tranquilos a la calle sin que la gente se indigne y los eche. Es lo único que le queda a una sociedad cansada de los políticos parásitos que ni siquiera tienen la dignidad de renunciar, sino que viven del estado durante generaciones como los Cafiero. Para los delincuentes no hay tregua.
También te puede interesar: