Vivi se despachó con todo contra las feminazis porque en la marcha del 8-M, las que se supone que están en contra de la violencia de género, escuchan a L-Gante, un pibe que canta básicamente “cosificando” a las minas. Son realmente dos países totalmente distintos, el de ellos con L-Gante, y el de la gente de bien que cree en el mérito como Favaloro.
Y encima, para rematar, el “cantante” estrella del kirchnerismo, hizo una caravana de motos con sus amigos, dónde hubo choques, le regalaba guita a los fans, y lo hacía como si fuera un narco del conurbano. Un país tercermundista dónde la decadencia está instalada.
Ellos quieren el país de la decadencia, la vagancia y la falopa. El kirchnerismo usa estos supuestos “iconos” de la juventud para ver si les suma votos en las elecciones, pero como dice Vivi, cuando la fama pase, ni Donda ni Echarri, ni ninguno de estos pillos va a estar ahí. Por eso le dice al pibe que le canta a la falopa y el delito que se cuide, porque se va a quedar solo.
Estamos ante la peor versión de nuestro país en toda su historia, y eso que hemos tenido épocas oscuras. Pero la decadencia de hoy, con el culto al narcotraficante y al delincuente, y el desprecio por el que estudia y progresa es algo inusitado en un país que se caracterizó por dar oportunidades.
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