Son una verguenza en todo sentido. Ahora a la jefa de la banda se le ocurrió hacer un museo en su honor que nos va a costar u$s 300.000, en un país al que le faltan dólares. Y para eso contrataron una arquitecta egipcia y ya sacaron la licitación pública.
Hay que reconocerles que tienen imaginación para armar curros y cajas de la corrupción. El museo “parlamentario”, porque lo disfrazó de esa manera, va a requerir una inversión enorme para actualizar la historia del kirchnerismo y enaltercer el relato.
El propio Espert, indignado, dijo que no iba a votar esa porquería, pero lo más seguro es que ni siquiera vaya a votación y se haga, como todo, entre gallos y medianoche. Ahora aprovechan la distracción de la guerra ruso-ucraniana para hacer pasar todas estas locuras.
Cristina es como Calígula, se le ocurren locuras dignas de una emperatriz, porque hay que estar mal de la cabeza para gastar esa suma en algo totalmente inrascendente en un pa´ís que se debate en la pobreza más absoluta y con una crisis económica descomunal. La realidad es que nos toman el pelo.
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