El Dipy esta exultante porque metieron en cana a Lázaro Báez por la corruptela de la obra pública, un tipo que se afano u$s 1.000 millones y que los amigos lo defienden porque saben que ahora le toca a la gente. Lo loco es que los kukas defienden a un tipo que paso de ser empleado bancario a multimillonario, latifundista y dueño de propiedades.
Quiénes más lo defendieron fueron los actores k Echarri y Duplaá, que en su momento se hicieron los tontos y dijeron que lo de la Rosadita era sólo gente contando guita. Son unos impresentables en toda regla. Lo bueno de todo esto es que se empiezan a ver de que lado está cada uno, si del lado de la justicia o de la corrupción.
Lázaro y sus hijos todos en cana, por chorros, y de a poco se va sabiendo la verdad del latrocinio de la “década ganada”, en la que sólo ganaron unos pocos y el resto vivió de planes. A los que laburan nos matan a impuestos, pero a los amigos los hacen testaferros. Esa es la argentina que se tiene que terminar, y sobre todo la de los Parrilli, que esgrimen cualquier excusa para desviar la atención de lo que realmente pasa.
Esta causa le pega en la línea de flotación a la Kretina, que tarde o temprano va a terminar condenada y esa es la mejor reparación que puede tener un país que necesita desesperadamente encontrar un norte moral entre tanta basura. La mugre nos tapa, pero es tiempo de empezar a limpiarla, y como dice Dipy, tienen que caer todos los que robaron.
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